Existe un Dios. Él es el Creador y gobernante del universo. El existe eternamente en tres personas: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Estos tres son uno igual al otro y uno. Él es perfecto en Sus muchos atributos de santidad, amor, poder, conocimiento, justicia y misericordia. (Génesis 1:1, 26, 27, 3:22 | 2 Corintios 13:14 | 1 Pedro 1:2 | Mateo 28:19 | Salmo 90:2)

Jesucristo el Hijo de Dios. Él es igual al Padre. Él es ambos Dios y hombre. Él nació de una virgen. Él vivió una vida sin pecado y se ofreció a Si mismo como el sacrificio perfecto por los pecados de Su gente al morir en la cruz. Él murió para convertirse en una redención substituta por los pecados de Su gente. Él resucitó de la muerte después de tres días para demostrar Su poder sobre el pecado y la muerte. Él ascendió a la gloria del Cielo y regresará algún día a la tierra para reinar como Rey de Reyes y Señor de Señores. (Mateo 1:22-23  |  Romanos 1:3-4  |  Hebreos 4:14-15  |  Isaías 9:6  |  Hechos 1:9-11  |  Juan 1:1-5; 14:10-30, 14:16-17)

Él Espíritu Santo es igual con el Padre y el Hijo de Dios. Él es el ayudante, asistente, consejero e instructor divino. Él está presente en el mundo para hacer al hombre darse cuenta de su necesidad por Jesucristo. Él también vive en cada Cristiano desde el momento de salvación. El provee al Cristiano con el poder para vivir, entendiendo la verdad y guía espiritual en hacer lo que es correcto. Él le da a cada creyente un regalo espiritual cuando son salvados. Como Cristianos, nosotros buscamos vivir diariamente bajo Su control. (2 Corintios 3:17  |  Hechos 1:8  |  Efesios 1:13; 5:18  |  Juan 16:7-13; 14:16-27  |  1 Corintios 2:12; 3:16  |  Gálatas 5:25)

La Biblia es la Palabra de Dios para nosotros. Fue escrita por escritores humanos, bajo la guía sobrenatural del Espíritu Santo. Es la fuente de verdad suprema para las convicciones y el vivir de la vida cristiana. La Biblia está inspirada por Dios y es la verdad sin ninguna mezcla de error. Es la única autoridad de vida.
(2 Timoteo 1:13; 3:16 | 2 Pedro 1:20-21 | Salmos 119:105, 160; 12:6 | Proverbios 30:5)

Los seres humanos son hechos a la imagen espiritual de Dios, para ser como Él en carácter. Como el objeto supremo de la creación de Dios, nosotros fuimos diseñados para dignidad. Sin embargo, el pecado de Adán catapultó la creación en un estado caído y hundió a todos sus descendientes en la depravación. De este modo, todos nosotros estamos dañados por desobediencia y rebeldía, el cual es llamado “pecado,” hacia Dios. El pecado separa a la gente de Dios y ocasiona muchos problemas. (Génesis 1:27 | Salmos 8:3-6 | Romanos 3:23 | Isaías 53:6a; 59:1-2)

La salvación es el regalo gratuito de Dios a nosotros. Nosotros recibimos este regalo a través del arrepentimiento y fe en Jesucristo solamente. El arrepentimiento significa alejarse de nuestro pecado e ir hacia Cristo. La fe significa confiar solamente en Cristo para el perdón de nuestros pecados. Cuando nosotros ponemos nuestra fe en Jesucristo, Su perfecta obediencia es acreditada a nosotros así que Dios nos ve a nosotros como los justos de Cristo. Cada persona que es realmente salvada es asegurada eternamente en el Señor Jesucristo y pasarán la eternidad en el cielo, mientras que aquellos quienes murieron en sus pecados pasarán la eternidad en el infierno. (Romanos 6:23  |  Tito 3:5  | Juan 14:6; 1:12  |  Gálatas 3:26  |  Efesios 2:8-9  |  Romanos 5:1)

Las personas fueron creadas para existir para siempre. Nosotros existiremos eternamente ya sea separados de Dios por el pecado o eternamente con Dios a través del perdón y la salvación. Para estar eternamente en unión con Él es la vida eterna. El Cielo y el Infierno son lugares reales de existencia eterna.
(Juan 3:16 | Romanos 6:23 | Apocalipsis 20:15)

La Cena del Señor es una norma de la iglesia. Esta fue instituida cuando el Señor tuvo la cena de Pascua antes de Su crucifixión. Nosotros acatamos la Cena del Señor de una forma regular en recuerdo de la redención por nuestros pecados. Esto es una proclamación de Su muerte y la seguridad de Su segunda venida. Nosotros le pedimos solamente a aquellos que han hecho una profesión de fe en Jesucristo que participen en la Cena del Señor. Los elementos del pan y el jugo de uva son utilizados como símbolos del cuerpo de Cristo que fue quebrado y Su sangre la que fue vertida por el perdón de nuestros pecados.
(1 Corintios 1:21-32 | 1 Corintios 5:11-13 | Mateo 26:29)

Nosotros creemos en la autonomía local de la iglesia. Cada iglesia tiene el derecho de dirigir sus asuntos con una autoridad central excepto que la del mismo Cristo. La liberación no descarta la cooperación. Nosotros somos una iglesia colaboradora con la Convención Sureña Bautista. Esto significa que nosotros cooperamos con otras iglesias Bautistas en reunir y compartir dinero para el apoyo de misioneros y misterios locales y alrededor del mundo. Este plan es llamado el Programa Colaborador. Hechos 15

Cada persona es capaz de venir a Dios por si misma. No hay necesidad de un tercero para decirle a una persona como orar, como interpretar las escrituras o como votar en la iglesia. Todos los creyentes son ministros de Dios. Por lo tanto, la iglesia no tiene una clase característica de sacerdotes. Todos los miembros son hechos “sacerdotes hacia Dios” por la muerte de Cristo. La iglesia es un sacerdocio escogido por Dios para hacer sacrificios espirituales. Sólo existe un mediador entre Dios y el hombre, y ese es Jesucristo. (Apocalipsis 1:5-6 | Efesios 4:11-12 | 1 Timoteo 2:5 | Romanos 12:1 | 1 Pedro 2:5)